La adolescencia es un periodo evolutivo que se caracteriza por importantes cambios a nivel físico, cognitivo y emocional. Algunos autores describen este periodo como una metamorfosis en la que acontecen modificaciones en las funciones y estructuras cerebrales que explican algunos de sus comportamientos.
En gran medida los cambios en los pensamientos, emociones y conductas se verán moldeados por las vivencias personales y condicionantes socioculturales. Los lazos afectivos que los adolescentes mantienen con sus progenitores continúan siendo una de las principales fuentes de apego y apoyo emocional. El sistema familiar y las relaciones que se establecen en él son un factor crucial en el desarrollo de las capacidades socioafectivas. Si bien es cierto que la combinación de ciertas características temperamentales, la predisposición genética y la capacidad para gestionar situaciones estresantes, pueden influir en la aparición de un trastorno mental.
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